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Devocionales por semanas:
1era. semana de Mrazo 2014
Posicionadas para el viento
Por: Kay Horner, Tennessee
“todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos… Saca de sus depósitos los vientos” Salmo 135:6-7
Elías, luego de una de sus mayores victorias sobre los profetas de Baal en el monte Carmelo, huyo temerosamente. Huyendo por su vida, eventualmente llego al monte Horeb, el monte de Dios. Allí, Dios le hablo diciéndole: “Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba…” (1Reyes19:11). Después de una serie de vientos catastróficos, siendo el primero “un grande y poderosos viento” (v.11), Elías escucho el silbo apacible del Señor. El se posiciono en la entrada de la cueva en donde el dialogo con el Señor Dios Todopoderoso ocurrió.
Posicionadas para el viento
Por: Kay Horner, Tennessee
Después de la crucifixión y ascensión de Cristo, los discípulos se encontraban a puertas cerradas parcialmente obedeciendo la instrucción de Cristo de esperar por el don de la promesa del Padre, pero posiblemente, todavía temiendo a los judíos (Hechos 1:4-5). Ellos también habían visto una seria de eventos catastróficos, de los cua les el ultimo fue un “estruendo como de un viento recio que soplaba” (Hechos 2:2). El Espíritu Santo no solo los capacito para oír sino para ser la voz del Señor hablándol e a la multitud concurrida en Jerusalén en el día de Pentecostés (vv.5-6).
¿Con cuanta frecuencia usted se posiciona para que el viento del Espíritu sobre su vida y le hable a usted y a través de usted?
Recientemente me uní a un grupo de ocho mujeres en un lugar para retiros para compartir un tiempo de ayuno y oración. No nos preocupamos con la preparación de alimentos o con una agenda estructurada. Simplemente nos posicionamos para adorar, escuchar, interceder y sumergirnos en la presencia del Señor.
Durante la primera noche, el viento de Su Espíritu soplo en el lugar donde nos habíamos reunido. Inhalamos la fragancia del cielo y exhalamos adoración a nuestro Rey. Luego, la voz del Señor comenzó a hablarnos a través de este tiempo juntas.
Ore: Abba, Hijo, y Espíritu Santo, deseo posicionarme de tal manera que no solo experimente el viento de Tu Espíritu soplando sobre mi vida sino que escuche, obedezca y me convierta en Tu voz declarando las maravillas de Dios a un mundo que necesita al Salvado. “…Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu” (Romanos 8:5; continúe orando mientras lee Romanos 8).